Entre colores de distintas tonalidades, cada año son más los turistas que visitan y regresan deslumbrados a la Montaña de los Siete Colores en Cusco.

Esta mágica sensación, descrita por cada uno de ellos, tiene que ver con la experiencia del camino y más, con la vista que brinda uno de los lugares más hermosos del mundo.
Hoy veremos las razones que hicieron que este trabajo natural fuera tan colorido. Lee este post y descúbrelo.

¿Por qué la Montaña de los Siete Colores tiene estos tonos?

La Montaña de Colores, como también se le conoce a la Montaña de los Siete Colores, se encuentra en el camino a Ausangate, a 4 horas de Cusco.
Si aún no has visto nuestro post hablando de las razones para visitar este maravilloso lugar, mira: ¿Por qué necesitas conocer Montaña de Colores?
Según los geólogos, las montañas de esta región son el resultado de un continuo ajuste de las placas terrestres.
Ya allí distintas tonalidades, indican la presencia de fósiles y minerales que reflejan la edad de cada afloramiento coloreado.
Los colores: azul, verde azulado, violeta y salmón pertenecen a las rocas más antiguas, surgiendo mucho antes de la formación de los Andes, cuando todavía estaba allí.
El amarillo y el naranja provienen de periodos más recientes.
Ya los tonos marrones y cremas fueron modelados por el viento y la lluvia.
Las rocas ayudan a identificar los períodos. Por ejemplo, los “pliegues” de taludes inclinados, datan de hace más de 500 millones de años, y fueron plegados por la acción de las aguas del océano.
En el año 2001, se descubrieron huellas de dinosaurios en conchas rocosas incrustadas en esta región.
También en opinión de los geólogos, la Montaña de los Siete Colores es una verdadera memoria de la Tierra, un criptograma de la época.